Nunca fue un hombre de palabras. “Las palabras se las lleva
el viento”: decía Alfredo .” Lo importante son los hechos”. Repetía. Poco
comunicativo. Huraño. Hombre de cromañón en un tiempo futuro. Tiempo futuro
demasiado avanzado para él. Su gama de
gruñidos sustituía a los monosílabos más comunes. Para que usar un sí, un gracias,
un por favor o un ahora va, si apretando las cuerdas vocales y soltando un primitivo ruido por su garganta
se podía comunicar con la gente.
Todo lo que tenia de rudo, lo compensaba de bonachón. Era
como ese perro fiel que nunca te abandona,
calcadito a ese san Bernardo que camina
por la nieve y auxilia con su barril de ron a los que se han perdido. Ladraba
un poco, si, pero daba lametones en la cara ante cualquier muestra de
cariño. Era regordete con sus rojas mejillas siempre en ebullición por las
prisas. Siempre con la misma frase saliendo de sus labios: “Ayy, que de cosas
tengo que hacer…”, pero siempre acababa anclado al taburete de un bar leyendo el marca, el as y el mundo deportivo.
El don de la oratoria es algo que su padre no le dejo en herencia. Un poco duro
de cabeza, la compresión y el escuchar a la gente no era lo suyo. Era más de acción directa. Actuar sin pensar.
Pensar es de cobardes. Parecía vivir dentro de una burbuja y tenía otro don el
de repetir una conversación cinco minutos después de que su círculo de
amigos lo hubiera tratado. El retardo del satélite es lo que tiene.
Últimamente su matrimonio no viajaba por esos días
esplendorosos donde siempre sale el sol. Las mañanas eran tristes, las tardes
largas y las noches más oscuras de lo normal.
Un tono lúgubre decoraba sus vidas y la fecha de caducidad del envase de
su matrimonio parecía que estaba bastante cercana. Pasaban las horas sentados
en aquel sofá de eskay marrón viendo la tele. Y el notaba que todo aquello se
podría. Olían a moho, a viejo, a esa camisa que no se usa que está sola y
olvidada al fondo del armario.
Como buen Tauro no aflojaba en el intento por poner solución
a aquella situación. La mejor amiga de
su mujer les visitaba y era la mejor oportunidad para demostrar a su mujer que
seguía siendo el hombre de su vida. De enmendar errores, de zurcir descosidos y
escapara hacia delante. “Este fin de semana no lo olvidara jamás mi
mujer”: se dijo. Era el momento de comenzar
un punto y aparte en esta vida monocorde de puntos y seguidos.
Su mujer algo le dijo que Susana su amiga andaba un poco
delicada de salud, pero él no le dio importancia.” Si es que hay que tomar más
zumo de naranja, que estamos en tiempo de gripe” : le soltó sin escuchar Alfredo
a su mujer.
Comienza el fin de semana y la invitada llega a casa. Se
encuentran Alfredo, su mujer y Susana sentados en su sofá de eskay. Alfredo que no estaba acostumbrado a hablar
con mujeres, había ojeado una revista femenina que contaba las claves para ser
el anfitrión ideal. Fue siguiendo punto por punto las directrices que marcaba
aquella Woman de hace un par de años. Eso si para evitar olvidos de ultima
hora0 todo ello apuntado y resumido en la palma de su mano.
Punto1. Happening de bienvenida con canapés y frutas
frescas. Alfredo apunto en su mano un escueto: Comida.
-"Bueno Susana, para que te sientas como en un hotel, he
preparado un pequeño refrigerio, ahora mismo lo traigo".
Su mujer le hace una mueca suave
con la cara de negación, pero la burbuja andante no se da cuenta.
- "Mira Susana, queso de Idiazábal, jamón
de Huelva y un poquito de foie de pato. No te creas que esto lo comemos todos
los días"
Susana pone cara de no querer
nada, pero Alfredo insiste:
-"¡Que si Susana!, un poquito de
jamoncito, que te va a sentar bien..."
Su mujer le quiere matar. Mirada
asesina de las que fulminan. Pero Alfredo sigue erre que erre.
-“Este queso esta de muerte, coge
un poco”, suelta, cogiendo dos trozos al vuelo.
Susana cambia el rictus, encoge
los hombres y busca con desesperación la mirada de socorro de la mujer de
Alfredo.
Esta reacciona rápidamente, intercepta la bandeja y la
colocan lejos del sofá.
-” Que Susana no tiene hambre,
Alfredo, no seas pesado”.
Alfredo pasa del mundo
gastronómico, mira la palma de su mano y lee el siguiente punto a desarrollar
en el plan de anfitrión de perfecto.
Punto 2. Habla de la vida en general. Relaciones Sentimentales.
Temas casuales. Muéstrate cercano e intenta hacer bromas. Traducido al
alfredismo, en su mano, ponía: Novios y Risas.
- "Bueno Susana, ¿cuéntanos como te
va la vida? ¿Cómo van los novios?"
La mujer de Alfredo se pone roja
ante tal injerencia, pero este sigue en su burbuja.
-"Bueno un poco mal, me acaba de
dejar mi novio, no sé si te ha contado tu mujer, p…."
-"Pero no puede ser, con el buen
tipo que tienes, le suelta Alfredo sin pensar. Si se tienen que rifar los
novios. Esas carnes tienen que tener muchos pretendientes" –Le corta Alfredo sin
dejar que Susana le cuente su problema
-"No..."-suelta Susana con un tono
de voz fúnebre, sin fuerzas y prácticamente de expiración.
- "Que si mujer, que yo te veo muy
bien, mira como estoy yo": le dice, apretándose el Michelin de la barriga y
soltando una sonora carcajada.
Su mujer le da un puntapié en la
espinilla al mismo tiempo que corre al rescate de su amiga que con los ojos
vidriosos está a punto de llorar.
Algo no va bien. Alfredo
tartamudea. Estooooo…. Ehhhhhhh…. Mira
asustado la palma de su mano y ve como el sudor ha borrado los
siguientes temas. Un chispazo le
recuerda el siguiente punto.Salud.
El sabe que era algo más
detallado. Algo de vida saludable. Comida sana. Hábitos saludables. Deporte. Pero todo eso había sido suprimido y resumido
por los nervios.
Punto 3. Salud.
- "Bueno, Susana, esto… y que tal de salud, tu ya ves, yo un
poco regordete, pero es lo que tiene comer tanto"
Susana no dice nada, el llanto cortado anterior, se
convierte en un torrente. Alfredo mira a un lado y otro y no sabe que es lo que
está pasando. Su mujer resopla y hace ademan con la mano de dar un guantazo a
su marido.
Alarma. Todas las
sirenas sonando a todo volumen. Pasando de DEFCON 5 a DEFCON1. El corazón de
Alfredo bombea a todo trapo. El plan perfecto no funciona. Mira una y otra vez
la chuleta de la palma de su mano y no ve nada. Solo surcos de tinta corriendo.
Escapando de aquel lugar. Solo queda huir. Escapada hacia adelante.
Punto4. Improvisación.
Alfredo mira a izquierda y derecha y solo ve la bandeja con
los canapés.
- "Mira Susana un poco de jamón, seguro que te viene bien. Come
que está muy bueno".
Su mujer se da la vuelta y le dice.
- “Alfredo eres gilipollas…Arggg!!
Sal ahora mismo de esta casa”. Al mismo tiempo que le da un empujón que le hace
caer sobre el sofá de eskai.
Alfredo se encuentra solo, triste y sin poder dormir. Mira al techo de aquella vieja habitación de
la “Pensión Pili” en la que se ha tenido que alojar forzosamente y se pregunta
una y otra vez. “No lo entiendo. ¿Qué he hecho mal?” Enciende una vieja radio
que hay sobre la mesilla y su silencio se ve atenuado por las voces de esos
radioyentes perdidos en la noche que llaman a la radio a contar sus penas a una
voz amiga. Se arma de valor, coge su móvil y marca el teléfono que repiten
cansinamente cada 10 minutos.
“A ver tenemos una nueva llamada,
¿Cómo te llamas?”
-Me llamo Alfredo.
- No se lo puedo decir porque a mi
esposa le gusta mucho la radio y quizás me esté oyendo. Pero bueno da igual te
cuento… todo empezó cuando nos visito una amiga de mi mujer. El caso es que
todo fue muy mal, aquello se me fue de las manos y mi amiga y mi mujer me
querían matar. No entiendo porque. Yo fui servicial, educado, un anfitrión
perfecto. Ahora que recuerdo que mi
mujer me dijo que ella tenía algún problema. Que era anorexic…
Pasan 5 segundos de silencio sin que se oiga ninguna palabra
por las ondas. Se oye el retumbar del choque de un móvil contra el suelo…
-¿Alfredo estas ahí?, ¿Alfredo?
Se oye una voz lejana:
-“¡Ay, Alfredo, que las has vuelto
a liar!”